jueves, 9 de agosto de 2012


Congreso en Rosario: las bioenergías revolucionan el campo


Duplicar la producción agropecuaria en la próxima década requerirá contar con energía en origen. El INTA presenta, en Aapresid, su propuesta para desarrollar fuentes de energías no convencionales.
Congreso en Rosario: las bioenergías revolucionan el campo
Aumentar  1,5 veces el valor de las exportaciones al 2020 en las principales producciones pecuarias de la Argentina, según el Plan Estratégico Agroalimentario (PEA), plantea un nuevo desafío: disponer de energía suficiente para el desarrollo de las actividades con recursos propios. “El autoabastecimiento de energías renovables abrirá la puerta a la agroindustrialización e intensificación de las actividades agropecuarias”, aseguró Mario Bragachini, coordinador del Proyecto de Eficiencia de Cosecha, Poscosecha y Agroindustria en Origen del INTA (Precop), durante la primera jornada del XX congreso de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid).
El vigésimo encuentro de Aapresid, que se realiza en Rosario –Santa Fe– desde hoy hasta el 10 de agosto, plantea el desafío de aumentar la producción en un contexto ambiental de recursos escasos. Además, apuesta a ir más allá del sistema productivo primario: proyectará la agricultura del futuro de la mano del agregado de valor y la generación de bioenergías en origen.
El desarrollo de la agroindustria y de los sistemas productivos intensivos en algunos lugares de del interior de la Argentina encuentran una limitante: la falta de electricidad y de gas. La revolución del campo en la próxima década llegará junto con la generación de energías no convencionales en origen. Por esto, el desafío en el corto plazo, será generarla en el mismo sitio donde se producen las materias primas.
¿Cómo hacerlo? Con la radicación de fábricas de producción de bioetanol en base a a cereales y caña de azúcar, plantas pymes de biodiesel y biorreactores de generación de gas metano en cantidades industriales. “Nuestra producción de biomasa vegetal excedentaria debería aprovecharse para la generación de bioenergía estratégica en origen”, sostuvo Bragachini, quien además aseguró: “El país presenta una oferta energética que no alcanza a cubrir la demanda en diferentes lugares del país”.
Desarrollo del interior productivo
Cada vez más cobran fuerza nuevos proyectos industriales en zonas con escaza o nula electricidad. “Un ejemplo inédito en el país es la instalación del primer criadero modelo de cerdos en Juan Llerena –San Luis–”, señaló Bragachini y agregó: “Con los efluentes de cerdos y silaje de maíz picado fino producirán cinco veces más de la energía que consumirán. Esto servirá para incorporar electricidad a la red nacional interconectada”.
¿Producir alimentos o commodities? Este será el paradigma que afrontarán los productores. Este escenario puede ser aprovechado por empresas integradas por los mismos agricultores que producen la biomasa y así “generar mayor trabajo local y una mejor distribución de la renta”, dijo el coordinador del INTA.
En la Argentina se encuentran las capacidades técnicas y tecnológicas para generar biogás y bioetanol y biodiesel en origen. Para el especialista, en la mayoría de los casos, el factor determinante es la falta de capacidad de inversión y, para superarlo “la clave está en la organización y el asociativismo”.
En Río Cuarto –Córdoba– 25 productores socios instalaron una planta que generará biocombustible a partir del maíz y destilará 80 millones de litros al año. En línea con la propuesta del INTA, Manuel Ron, gerente de la empresa Bio4 sostiene: “El camino para que el productor pueda crecer es agregando valor al grano para no venderlo sólo como materia prima o commodity”.
Con una inversión de más de 35 millones de dólares –que estiman recuperar en cinco años–, esta industria producirá hasta 250 metros cúbicos diarios de bioetanol. “Se asociaron, invirtieron, juntaron la garantía para acceder al crédito del Bicentenario del Banco Nación. Lograron una escala competitiva y aplicaron la mejor tecnología, desarrollada en un 90 por ciento por empresas nacionales”, expresó Bragachini.
En este proceso de cambio, la participación activa de los jefes comunales será fundamental para el diseño estratégico del aterrizaje de las industrias en el territorio. Esto irá de la mano del ordenamiento regional, las obras de infraestructura, la formación de recursos humanos, ayuda de gestión financiera, todo definido como parques industriales, parques agroalimentarios y parques bioenergéticos.
“Las intendencias deberán fomentar estos proyectos porque con esto se generan puestos de trabajo, mano de obra local y arraigo”, enfatizó Bragachini. De esa manera, es posible potenciar la integración de los diferentes sectores productivos detrás de una estrategia de agroindustrialización con inclusión y equidad social.
Bragachini: En la Argentina se encuentran las capacidades técnicas y tecnológicas para generar biogás y bioetanol y biodiesel en origen.

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